jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Para qué sirve el Patrimonio Cultural?

Antes de responder a esta pregunta, debemos atender al término ¿Es lo mismo Patrimonio Cultural que Patrimonio Histórico? ¿Qué es el Patrimonio Cultural? Para ninguna de las dos cuestiones hay una respuesta cerrada, respecto a la primera los estudiosos no se ponen de acuerdo si hacer referencia al Patrimonio Cultural o al Patrimonio Histórico, aunque la mayoría prefieren hablar de patrimonio Cultural englobando todo. 

Pero, ¿qué es? Si consultamos la Real Academia Española encontramos la siguiente definición: 

“Hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes”.


Efectivamente, atendiendo a esta definición podemos remitirnos a su etimología, ya que provine del latín patrimonium, es decir “legado”.

María Ángeles Querol, catedrática de Prehistoria, lo define de la siguiente manera:

“Conjunto de bienes muebles, inmuebles e inmateriales que hemos heredado del pasado y que hemos decidido que merece la pena proteger como parte de nuestras señas de identidad social e histórica”.  

Además, hay que tener en especial consideración que son el resultado de la acción humana.

Pero, ¿el Patrimonio sólo se limita a obras de arte, lugares históricos, objetos o monumentos? No, debemos de tener en cuenta que no siempre es un concepto tangible pues también es Patrimonio la tradición oral, las leyendas, la memoria histórica…




Tras tener una idea, más o menos clara sobre qué es, la siguiente pregunta y el motivo de este post es pero, ¿Para qué sirve? ¿Qué función puede tener el Patrimonio Cultural? Tal vez, desde mi punto de vista, al igual que no hay una definición fija tampoco hay una razón “universal”, pero dentro de la opinión podemos estar más o menos de acuerdo en que su utilidad está vinculado al patrimonium latino, es decir, a ese legado. Podría por lo tanto, afirmar que sirve para construir la Historia, crear un pasado común, saber cómo fuimos, mantener nuestra cultura… De ahí la importancia de la defensa del Patrimonio. Es aquello que queda de nuestros antepasados, de nuestra cultura, independientemente de nuestra procedencia. Nos muestra el contexto histórico de una época, las creencias, temores, intereses de una sociedad, el modo de ensalzar la figura de alguien o las modas de una época. En definitiva es una fuente de información, aunque es una parte reducida de lo que debió ser.

 
Pompeya
 
Pero, además podemos realizar una clasificación sobre el tipo de usos; ya sea instrumental, documental, político, como recurso económico o educativo o estético. No basta con catalogar un resto arqueológico o una obra de “bonito/a” y por ello defender que debe ser Patrimonio, es evidente que hay que ir más allá de su valor estético al igual que no es suficiente enumerar o describir una serie de objetos que encontramos del pasado. En primer lugar hay que hablar de su valor histórico y social con rigor, hay que interpretar críticamente. Nos enfrentamos ante la posibilidad de que una parte de la población no comprenda su importancia y considere que el Patrimonio Cultural no vale para nada; que no es más que ruinas, objetos viejos y destrozados. O posturas, que defiendan la explotación meramente económica sin importarles que con ello llevan a la destrucción de ese Patrimonio. Aquí entraría en juego la labor de los estudiosos que deben saber transmitir a la sociedad para que sea accesible y no quede vinculado a los especialistas.


Bibliografía: 




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