viernes, 20 de septiembre de 2013

Tindaya



Tindaya –popularmente conocida como “La Montaña de las Brujas"- es una montaña situada en La Oliva (Fuerteventura) que constituyó un lugar de culto utilizado por la población aborigen. La montaña de Tindaya reúne todos los elementos característicos de un lugar sagrado: elevación del lugar y destacando en el terreno, lo que hacía que estuvieran más cerca de la divinidad.   En ella encontramos múltiples grabados –más de 300-agrupados en paneles.  Dichos grabados presentan la silueta de pies humanos esquematizados, denominados podomorfos.
A estos grabados se les han dado una explicación relacionada con las necesidades de lluvias o utilizadas en los ritos como por ejemplo, de justicia o purificación de lugares de paso. A parte de los grabados aparecen importantes restos de construcciones. De hecho, reconstruir el mundo religioso aborigen de Fuerteventura es complicado debido a la escasa información. Pese a que en las fuentes escritas como es el caso  de Le Canarien menciona la existencia de diversos lugares sagrados bajo la denominación fquenes, la realidad es que la arqueología no ha encontrado dichos lugares. Pero Tindaya además, nos ofrece pruebas de las teorías del poblamiento canario por parte de proto-bereberes (amazigh); ya que este tipo de grabados son muy abundantes en el Norte de África.
La evidente importancia de Tindaya hizo que fuera declarada Bien de Interés Cultural, además de Monumento Natural y Punto de Interés Geológico.

Pero Tindaya no sólo ha sufrido de manera la continua explotación de traquita sino que en 1993  Eduardo Chillida –escultor vasco- creó un proyecto basado en perforar la montaña para hacer un cubo interno con un túnel y dos tragaluces. En palabras del propio escultor su objetivo era el siguiente:

“Mi única ambición es crear un espacio útil para toda la humanidad, que cuando un ser humano entre en ese cubo vacío de 50x50x 50 metros sienta en su plenitud la pequeñez humana”.
Dicho proyecto supuso la reacción de ecologistas, proteccionistas y de una parte de la población; ya que si ese proyecto se llevara a cabo se dañaría a la montaña en sí y a los grabados dejados por los antepasados canarios. Sin contar que ha supuesto una gran suma de dinero público y a día de hoy se sigue gastando en el proyecto.
Las opiniones respecto al tema están enfrentadas; quienes defienden dicho proyecto se fundamentan en las siguientes afirmaciones:

-          Para que Fuerteventura cuente, “con una obra artística de categoría internacional”.

-         “La Isla de Fuerteventura contará con un atractivo cultural que enriquecerá a la propia Isla y al Archipiélago Canario”.

-         “De idéntica forma que los Jameos del Agua, Las Cañadas del Teide, las Dunas de Maspalomas, el Parque de Garajonai, la Caldera de Taburiente, el Valle del Golfo son elementos singulares de cada una de las islas en los que se encuentran, el Proyecto Monumental de Montaña Tindaya será para Fuerteventura un símbolo cultural que se unirá a los recursos naturales y paisajísticos del patrimonio majorero".

Y yo me planteo:

-          ¿Acaso Tindaya en sí mismo no es ya una obra?

-          Enriquecer ¿Acosta de destruir nuestro propio Patrimonio?

-         Pero, es que hablamos de la destrucción de una obra, de un patrimonio para crear otra cosa diferente.

En mi humilde opinión sólo puedo concluir con la consabida frase “Tindaya no se toca”.


Más información:

1 comentario:

  1. Y yo buscando información sobre Tindaya en internet y encuentro esto!! jajaja.
    Muchas gracias por la información Verónica. Me ha sido de graaan ayuda. Necesitaba algo de información para el trabajo de Patrimonio Cultural.
    Besos y saludos.
    Dani.

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