Tindaya –popularmente conocida
como “La Montaña de las Brujas"- es una montaña situada en La Oliva
(Fuerteventura) que constituyó un lugar de culto utilizado por la población
aborigen. La montaña de Tindaya reúne todos los elementos característicos de un
lugar sagrado: elevación del lugar y destacando en el terreno, lo que hacía que
estuvieran más cerca de la divinidad. En ella encontramos múltiples grabados –más de
300-agrupados en paneles. Dichos
grabados presentan la silueta de pies humanos esquematizados, denominados
podomorfos.
A estos grabados se les han dado
una explicación relacionada con las necesidades de lluvias o utilizadas en los
ritos como por ejemplo, de justicia o purificación de lugares de paso. A parte
de los grabados aparecen importantes restos de construcciones. De hecho, reconstruir el mundo religioso aborigen de Fuerteventura es complicado debido a
la escasa información. Pese a que en las fuentes escritas como es el caso de Le
Canarien menciona la existencia de diversos lugares sagrados bajo la
denominación fquenes, la realidad es
que la arqueología no ha encontrado dichos lugares. Pero Tindaya además, nos
ofrece pruebas de las teorías del poblamiento canario por parte de proto-bereberes
(amazigh); ya que este tipo de grabados son muy abundantes en el Norte
de África.
La evidente importancia de
Tindaya hizo que fuera declarada Bien de Interés Cultural, además de Monumento
Natural y Punto de Interés Geológico.
Pero Tindaya no sólo ha sufrido de manera la continua
explotación de traquita sino que en 1993 Eduardo
Chillida –escultor vasco- creó un proyecto basado en perforar la montaña
para hacer un cubo interno con un túnel y dos tragaluces. En palabras del
propio escultor su objetivo era el siguiente:
“Mi única ambición es crear un espacio útil para toda la humanidad, que
cuando un ser humano entre en ese cubo vacío de 50x50x 50 metros sienta
en su plenitud la pequeñez humana”.
Dicho proyecto supuso la reacción
de ecologistas, proteccionistas y de una parte de la población; ya que si ese
proyecto se llevara a cabo se dañaría a la montaña en sí y a los grabados
dejados por los antepasados canarios. Sin contar que ha supuesto una gran suma de dinero
público y a día de hoy se sigue gastando en el proyecto.
Las opiniones respecto al tema
están enfrentadas; quienes defienden dicho proyecto se fundamentan en las
siguientes afirmaciones:
-
Para que Fuerteventura cuente, “con una obra
artística de categoría internacional”.
- “La Isla de Fuerteventura contará con un
atractivo cultural que enriquecerá a la propia Isla y al Archipiélago Canario”.
- “De idéntica forma que los Jameos del Agua, Las
Cañadas del Teide, las Dunas de Maspalomas, el Parque de Garajonai, la Caldera
de Taburiente, el Valle del Golfo son elementos singulares de cada una de las
islas en los que se encuentran, el Proyecto Monumental de Montaña Tindaya será
para Fuerteventura un símbolo cultural que se unirá a los recursos naturales y
paisajísticos del patrimonio majorero".
Y yo me planteo:
-
¿Acaso Tindaya en sí mismo no es ya una obra?
-
Enriquecer ¿Acosta de destruir nuestro propio
Patrimonio?
- Pero, es que hablamos de la destrucción de una
obra, de un patrimonio para crear otra cosa diferente.
En mi humilde opinión sólo puedo
concluir con la consabida frase “Tindaya no se toca”.
Más información:
Y yo buscando información sobre Tindaya en internet y encuentro esto!! jajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias por la información Verónica. Me ha sido de graaan ayuda. Necesitaba algo de información para el trabajo de Patrimonio Cultural.
Besos y saludos.
Dani.