sábado, 16 de noviembre de 2013

El patrimonio cultural: ¿Lastre o motor de la economía en un contexto de crisis?

Xavier Greffe plantea en este artículo porqué invertir en el Patrimonio Cultural ante las necesidades derivadas de la crisis del 2007-2008. Considera que el gastar en patrimonio supondrá puestos de trabajo y por ello habla de una preparación de éste. En este sentido el turismo cultural aporta beneficios a las regiones que se visiten. 



El autor utiliza como ejemplo de beneficios obtenidos el Louvre De hecho, un estudio realizado por el Ministerio de Cultura francés identificó a cuatro tipos de puestos de trabajo:
  • Encargados de recibir a los visitantes y valorar los libros, DVD, etc. sobre los monumentos y museos.  En este caso hay 43.880 personas.
  • Quienes se encargan de la conservación o rehabilitación del patrimonio: 42.714 personas.
  • Recepción de visitantes y turistas vinculados en su mayoría al sector hostelero: 176.800 personas.
  • Actividades que movilizan recursos del patrimonio: 524.250 personas.
Por otro lado, hace hincapié en las características de la economía actual:
  • Economía del conocimiento: Proporciona que se creen nuevos bienes.
  • Economía mundial: Ofrece mercados más amplios a productos específicos.
En la sociedad el Patrimonio aporta una serie de aspectos positivos como son beneficios educativos y cognitivos. El autor distingue entre:
  • Valores para la comunidad: Integración, socialización, interacción.
  • Modificación de comportamientos: Creencias, actitudes y motivaciones o intenciones.
Think Tank Comedia publicó una serie de informes en los cuales se mostraba que la cultura sirve como cohesión social e incluso de reducción de los comportamientos agresivos. Un ejemplo de integración, en el ámbito urbano, se produjo en Arlés donde jóvenes inmigrantes magrebíes realizaron con sus institutos talleres relacionados con el Patrimonio Cultural, como por ejemplo, expresión artística. Posteriormente, se demostró que estos alumnos participaron de manera voluntaria como animadores en jornadas de patrimonio. Otro caso, es el de los gitanos sedentarios, también en Arlés.  Los jóvenes influenciados por sus familias no aprendían a leer. Pero, realizaron con el instituto itinerarios por calles diferentes a las que solían transitar y se interesaron por letreros, anuncios…que les motivó a leer.
En el ámbito rural los recursos se generan según el consumo de los visitantes, para ello deberían ser atractivos los lugares. Para ello habría que implicar a todos los actores en el ámbito cultural.

Además, el patrimonio supone un mejor equilibrio con el medio ambiente ya que se ha demostrados que las construcciones antiguas benefician frente a las nuevas construcciones porque suponen mayor energía, la duración de sus materiales suele ser menor y se ocupan mayor superficie externa.
Según las bases territoriales se puede hablar de cuatro tipos de distritos patrimoniales: (1) relacionado con lo histórico, (2) valorización del patrimonio –una zona con museos, teatros, galerías de arte…y otra con hoteles, restaurantes, tiendas de souvenir…-, (3) convertir solares culturales en industriales y (4) los productores.

La sostenibilidad es un concepto fundamental para el Patrimonio porque permite dar futuro a la gestión cultural.

Estas son algunas de los planteamientos que realiza el autor. Pero, volviendo al principio ¿merece o no merece invertir en Patrimonio en un contexto de crisis?

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