Los arqueólogos encontraron en el año 2000, sobre el pecho de
una momia, una emotiva y hermosa carta de una mujer coreana de 1586 dirigida a su
marido. La momia fue encontrada por los arqueólogos de la Universidad Nacional
de Andong (Corea del Sur).
Al padre de Won
1 de junio de 1586
Siempre dijiste: "Amor, vivamos juntos hasta que nuestro pelo encanezca y podamos morir el mismo día. ¿Cómo has podido morirte sin mí? ¿A quién vamos a escuchar mi pequeño y yo, cómo debemos vivir? ¿Cómo pudiste alejarte de mí?
Recuerdas cómo tu corazón moraba en mí y cómo yo habitaba en el
tuyo? Cada vez que nos acostábamos juntos siempre te decía: "Amor, ¿habrá
alguien que se quiera como nosotros? ¿Realmente como nosotros?" ¿Cómo
pudiste dejarme así, después de todo?
Es que no puedo vivir sin ti. Es que quiero irme contigo. Por favor, llévame a donde estés. Mi corazón, mis sentimientos hacia ti son lo último que podré olvidar en este mundo. En mi corazón desgarrado solo queda un dolor sin límites. Solo puedo preguntarme: ¿cómo puedo vivir con el niño si nos faltas, pensando en ti, sin fuerzas para sosegarme?
Es que no puedo vivir sin ti. Es que quiero irme contigo. Por favor, llévame a donde estés. Mi corazón, mis sentimientos hacia ti son lo último que podré olvidar en este mundo. En mi corazón desgarrado solo queda un dolor sin límites. Solo puedo preguntarme: ¿cómo puedo vivir con el niño si nos faltas, pensando en ti, sin fuerzas para sosegarme?
Por favor, respóndeme a todas estas
preguntas, lee esta carta y contéstame con todo detalle en mis sueños, en
cuanto puedas. Esa es la razón por la que te escrito esta carta y la entierro
contigo. Ojalá pueda escuchar tu voz suavemente en mis sueños. Mirala
atentamente y habla conmigo. Un día me dijiste que querías decirle algo al niño
cuando viniera al mundo, pero te has ido tan repentinamente. Cuando dé a luz al
niño, ¿a quién llamará padre?
¿Cómo puedes entender cómo me siento? No
existe una tragedia como este dolor mío bajo el cielo. Te has ido a otro lugar,
pero no padeces una tristeza tan profunda como la que me dejas. No puedo contar
cómo me siento realmente, no puedo expresar mi dolor sin fin salvo con estas
palabras ásperas y precipitadas.
Por favor, como te digo, lee atentamente
esta carta y ven a mis sueños y muéstrate y hablemos de todas estas cosas.
Estoy tan segura de que podré verte en mis sueños. Ven a mí en secreto y
muéstrate, ¿Lo harás? Hay tantas cosas que debo decirte, tanto que queda fuera
de esta carta. Adiós.
Te quiere,
Tu esposa
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